
Las tres son de esas historias donde el amor es más fuerte que todo y como factor común, además de Pedro Armendariz, tienen el arquetipo de la mujer hermosa y perfecta enamorada de un hombre pobre y humilde, y que sin embargo, luchan contra la oposición de la sociedad y hasta de su propia familia por lograr la realización de su amor.

Enmarcadas en Janitzio, Cholula y Guanajuato respectivamente, presentan un escenario idílico para romances que solamente pueden ser verdaderamente de película. De esas de época que hacen a uno suspirar y hasta derramar una que otra lagrimita. ¿Que ya no existen romances así? ¿Acaso el amor es exclusivo del celuloide y de la pantalla grande?
Uff, a veces me pregunto si es casualidad o si más bien he visto tanto esas historias y películas una y otra vez que me he autoprogramado a repetir el mismo patrón... será que busco un amor tan grande y tan imposible que se vuelva digno de un guión del Indio Fernández? La respuesta... verdaderamente, no la sé.
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