domingo, 12 de septiembre de 2010

Lapsos Negros...

Estuve pensando tantas formas de escribir esto. En mi cabeza se revolvía y reacomodaba la sintaxis recurrentemente, y sin embargo, creo que no hay forma linda de escribir cuando tanta oscuridad se vuelca por momentos en mi cerebro.
Lapsos negros es como deben llamarse. Son todos estos oscuros momentos que de repente vienen a mí sin que yo pueda evitarlo, sin que sepa por qué, sin que pueda cambiarlo. ¡Qué amargo sabor dejan algunas experiencias! y ¡qué difícil es quitarse ese sabor!... Qué complicado es olvidar a veces y tratar de seguir como si nada, como si la vida no pasara, como si todo fluyera... seguir como si nada.
A mí me duele, me duele tratar de girar el mundo sin ningún sentido y sin ningún resultado. Me duele que muchas veces la bondad se entiende como estupidez y entonces alguien intenta aprovecharse de eso.
Lapsos negros son los que me vienen a la mente. Lapsos negros de pésimos momentos y muy malas ideas, de tristes sentimientos que sólo pueden hacer catársis en estas letras. Creo que al fin después de mucho resistirme, me alcanzó la depresión. Qué terrible impacto saber que entre más conocemos la mente humana menos podemos controlar la nuestra propia. Mi tiempo de formación -aunque breve todavía- como clínica y terapéuta tan sólo me han llevado a contemplar lo oscuro y gris de la naturaleza humana, lo retorcido, lo enfermo, lo anormal... y sin embargo, tan pero tan común.
Estamos estacionados en nuestra mediocridad, en nuestras mentiras, en nuestro terrible pasado, en los cadáveres de tanta gente que traemos cargando, en el polvo de tantos momentos que ya murieron y sin embargo nos siguen ensombreciendo.
No hada quizá que pueda hacer. No ha habido fruto de mis constantes esfuerzos, incansables por momentos, de no dejarme caer. Viene el breakdown... viene la crisis, por más que desistí y evité dejarla llegar. Viene una vez más.
Quirófano, anestesia, vámonos de nuevo... recuperación y espera. Tiempo en cama. Volver a la cama, volver a estar fuera del mundo, aún cuando me rehuso tanto. Perder... ¿cuánto más tengo qué perder? Estoy harta. No quiero más. Basta ya.
Llegó lo gris, llegaron de nuevo estos lapsos negros que vienen y van... estoy cansada de fingir, estoy cansada de actuar.. No quiero pretender más... tan sólo quiero dormir por hoy... dormir y no pensar.

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