domingo, 5 de julio de 2009

Untitled...

"All faith is lust for hell regained
And love dust in the hands of shame
(...)
Let me weep you this poem as heaven's gates close
And paint you my soul scarred and alone
Waiting for your kiss to take me back home

Hold me like you held on to life
When all fears came alive and entombed me
Love me like you loved the sun
Scorching the blood in my vampire heart..."
(Vampire Heart - HIM - Dark Light)

Una noche cualquiera, en un momento cualquiera y nos encontramos ahí, en medio de la oscuridad y de la música. Te encontré ahí aunque te había encontrado ya tiempo atrás. Años atrás, siglos atrás, milenios atrás. Lo sé, conozco esos ojos, los había visto ya tantas veces antes. Encontrarte a ti fue algo verdaderamente extraño, fuera de este mundo, tan raro que parece tramado por alguien más. ¿Sabes tú? Me hundí en tus brazos y en tus sombras, tu piel fría me absorbió y entonces sentí tus labios en los míos, labios que no eran de frío metal sino de un calor sobrehumano. Sentí el beso y nos hundimos los dos entre mares y sombras, caminos enteros iluminados por nada y entonces vi claramente ante mis ojos mi pasado, mi presente y mi penosamente incierto futuro. Lo vi ahí, en tus brazos, con tu barba rozándome las mejillas. Los besos, esos besos que se roban el calor del cuerpo y lo devuelven de golpe, como si te robaras mi aliento, como si supieras quién soy, como si en un beso pudieras leerme el pensamiento y aquí estoy. Con ese frío toque de metal vibrando desde tus ojos, en tu mirada intensa, con tus cejas que lo enmarcan todo. Frío en apariencia y tan cálido que no puedo creerlo, con piel de acero y un suave sabor dulce que me embriaga y me pierdo. Y pasó lo que me temía que iba a pasar, que te ibas a convertir en mi debilidad, en una nueva adicción que no me deja pensar. Sabía que iba a suceder, creo que estaba predestinado a ser, a sentirme increíblemente seducida por tu sombra, por tu voz que resuena como un eco en mi cabeza en las notas de tu guitarra. Lo sabía y no puedo negarlo más, no puedo evitarlo más. Una balada de Opeth y no puedo evitarlo más, no puedo dudarlo más, estoy aquí hundida en tus brazos y perdida en tus besos apasionados. Sabes lo que soy, lo ves en mis ojos y lo adivinas, lo sabías ya, me conoces ya, somos lo mismo y nada más. ¿Por qué me seduce tanto tu sombra? Tanto que no puedo ya, ven, llévame a tu oscuridad. Escucho tu nombre una vez más, lo pronuncio y se me queda prendado en los labios como una mordida más. Lo escucho, ese nombre que me hace temblar. Tú y tu tremenda oscuridad. Quiero escribirlo, quiero y no puedo, pero tú lo sabes bien, eres tú y nada más.

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