lunes, 8 de septiembre de 2008

TANGIBLE...


Hoy que venía en el incómodo camión, con un hambre atrasada desde la mañana y demás eventualidades, comencé a hacer el recuento del viaje y de los acontecimientos que se han dado últimamente y, honestamente no sentí más que satisfacción.

Comiendo apaciblemente mi helado de nescafé, arroz con leche y guayaba -de ese que venden por Orienta- disfrutaba de la sensación del frío en mi lengua y además se habría un mundo de sabores y texturas. Y recordaba... simplemente recordaba...

Viejos amigos, viejos amores, viejos pensamientos, viejos tiempos... y decidí, de una vez por todas que todo lo que no sirve hay que tirarlo a la basura. ¿Por qué almacenar cosas que nos hacen daño y que nos lastiman? Sería como tener guardada una caja llena de arañas e insectos en una habitación que fuera de eso se encuentra pulida y llena de buenos elementos. Sí, eso es, al menos eso creo que sería y para mí recordar ese antiguo veneno me hace mal. Es por eso, que mientras saboreaba mi delicioso helado iba dejando atrás todo, la carretera, el ambiente, la vibra tan negativa que se carga a veces. No, todo eso no sirve! Sirvió para aprender pero no sirve cargarlo si impide avanzar, entonces pues dije adiós, y se fue quedando tirado todo por ahí, por la orilla de la carretera, por la orilla de mi memoria, a la papelera... no de reciclaje sino de desechos tóxicos. Adiós y deseo lo mejor, para cada uno y para cada cual, deseo que tengan lo que les haya de tocar y que reciban lo que merezcan recibir. Yo, labraré mi camino de mejor manera, de una forma aún más honesta, más apasionada y más espiritual. Bienvenidos en primer plano recuerdos hermosos, bienvenidos momentos dulces, bienvenidos episodios mágicos, besos entregados, amistades sinceras y correspondidas, bienvenidos dinero y trabajo... bienvenido todo lo que haya de ser para mí y lo que corresponda a mis actos. Simple y sencillo, es una muda más de casa, de caparazón, algo que me libera... Y no, no es que cambie de religión, simplemente que poco a poco hay más conexión conmigo misma...

Ahora siento el viento de ir a todo lo que da una moto en una noche semi estrellada, ahora huelo la naturaleza en toda la extensión de la palabra, vuelve a mí el recuerdo del calor de hogar, ahora es cuando recuerdo tus besos y el calor de tus brazos de ayer, de hoy en la mañana. Ahora es que agradezco, tangiblemente, que todo sea como deba ser...

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