lunes, 10 de mayo de 2010

Código S-09 CAR-CRASH

Otro sueño, otra premonición, esta vez está el extraño sentimiento de tantas veces atrás... El accidente fue catastrófico, los autos quedaron destrozados y el pedazo de metal en mi pecho me produce un dolor profundo y una sensación de frío y de vacío. Mis ojos se van cubriendo por un velo blanco, la piel se hace aún más pálida. Volteo, miro el camino, no hay nadie, tan sólo el otro auto, viejo, roto, acabado por el impacto. El pedazo de metal en mi pecho se mueve, me desangro... Boca arriba, sin fuerza, escupiendo la sangre... no puedo quitarlo, no puedo arrastrarme, estoy perdida y la noche no termina. Lo único que puedo sentir es mi cuerpo inerte en el asfalto. Pronto todo habrá terminado. Pronto habré muerto y no sentiré nada más. La náusea... esa maldita náusea.
Y de pronto, en mi lento estertor... aparece una mano... una voz que me recuerda que debo regresar... la mano me aprieta con fuerza, la voz me dice "no te dejes ir, no te dejes vencer, espera... no tardan, ya vienen por ti". Mis ojos vacíos ya no pueden distinguir más que una silueta vaga, el brillo de las luces me ciega, escucho las sirenas... el sabor a sangre es intenso...

Sonido de mensaje... despierto... aún no ha amanecido... me volteó... de nuevo la náusea y ese sabor a sangre que me queda del sueño... Sí... ya sé que quieres salvarme, ya sé que quieres cargar con mi peso... me salvaste en el accidente y sé que estás ahí... pero no te corresponde todo esto.


"No me lamento por lo que no voy a conocer, no me lamento por todas las cosas que no veré, porque para entonces estaré muerta y los muertos no sienten nada..." - Sarah Poley en La Vida Sin Mí.

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