Dejé la ventana abierta y la vela en el balcón pero no apareció. Las cortinas se movían como suaves velos pero no había nada extravagante en eso. Hace diez años vi un vampiro sentado en el borde de la ventana, hace diez años me saludó con su sombrero pero creo que nunca volvió. Nunca más lo vi. A veces estaba segura de que estaba ahí. Mirándome con sus ojos profundos y con su espíritu difuso. Nunca volvió y creo que perdió mi rastro. A veces incluso lo soñaba, y en sueños me hablaba. Me cambié de casa unas cuantas veces y de alguna forma supe que siempre estuvo ahí, no en esa casa, no en ese balcón sino en cualquier lugar donde yo estaba.
Un día lo vi por la playa. Era de noche y volaba en forma de murciélago rondando el bar de la palapa. Se colgaba de las vigas y me miraba, pero no decía ni una palabra. Perdí las conversaciones que teníamos durante largas horas por las noches, y ese ruido que hacía al aparecer o al retirarse, ese grito agudo que no remitía a ningún otro ser en el mundo.
Miles de veces al contarlo me dijeron que estaba loca, que no podía haber visto un vampiro y mucho menos hablado con él. Miles de veces me dijeron que eran tonterías fantasiosas. Soñé miles de veces que recorría las tumbas donde vivía él ahí justo en el panteón francés. Y desde entonces tengo esa necesidad de ir y tomar fotografías, para ver si sale, si me revela su rostro que ha cambiado tantas veces como una mofa a mi memoria. Y sin embargo, todos esos rostros los recuerdo perfectamente. Usurpó la imagen de Astaroth, de Lestat, incluso una vez se disfrazó de Pandora… burlándose en su humor travesti, se parecía a Ville y ahora es Henry Fitzgerald…
Se mete en mi cabeza y toca algunas notas de canciones que no puedo dejar de escuchar aunque sea en mi mente. Como un soundtrak funesto que de pronto me hipnotiza y otras veces me hace llorar… Se apodera de mi estado de ánimo y mis pensamientos, los distorsiona y los transforma cada vez más. En otros tiempos me hubieran exorcizado o echado a la hoguera ya. Por eso te escribo:
Aparécete, vamos… ahora que empieza la canción con sus notas nostálgicas y su primera frase. Aparécete ahora y ven a confirmar mi total locura y agonía. Ven a acompañarme estos días donde nadie más estará. Ven a escuchar estas canciones conmigo, ven a oír “Lose you tonight” o “Love you like I do”, ven y cántame al oído “Playground love”. Susúrrame y recítame las letras de Deep Shadows and Brilliant Highlights. Enciende tu cigarro en la vela de la ventana, siéntate en mi cama, en la total oscuridad de mi recámara y simplemente acompáñame. Aunque sé que no existes, aunque nadie lo pueda creer, vuela por mi ventana… Escucha ahora empieza “Hope Leaves”… No, no, aguarda, esa canción me recuerda a alguien más… Alguien que me observa sin que podamos hablar.
Un día lo vi por la playa. Era de noche y volaba en forma de murciélago rondando el bar de la palapa. Se colgaba de las vigas y me miraba, pero no decía ni una palabra. Perdí las conversaciones que teníamos durante largas horas por las noches, y ese ruido que hacía al aparecer o al retirarse, ese grito agudo que no remitía a ningún otro ser en el mundo.
Miles de veces al contarlo me dijeron que estaba loca, que no podía haber visto un vampiro y mucho menos hablado con él. Miles de veces me dijeron que eran tonterías fantasiosas. Soñé miles de veces que recorría las tumbas donde vivía él ahí justo en el panteón francés. Y desde entonces tengo esa necesidad de ir y tomar fotografías, para ver si sale, si me revela su rostro que ha cambiado tantas veces como una mofa a mi memoria. Y sin embargo, todos esos rostros los recuerdo perfectamente. Usurpó la imagen de Astaroth, de Lestat, incluso una vez se disfrazó de Pandora… burlándose en su humor travesti, se parecía a Ville y ahora es Henry Fitzgerald…
Se mete en mi cabeza y toca algunas notas de canciones que no puedo dejar de escuchar aunque sea en mi mente. Como un soundtrak funesto que de pronto me hipnotiza y otras veces me hace llorar… Se apodera de mi estado de ánimo y mis pensamientos, los distorsiona y los transforma cada vez más. En otros tiempos me hubieran exorcizado o echado a la hoguera ya. Por eso te escribo:
Aparécete, vamos… ahora que empieza la canción con sus notas nostálgicas y su primera frase. Aparécete ahora y ven a confirmar mi total locura y agonía. Ven a acompañarme estos días donde nadie más estará. Ven a escuchar estas canciones conmigo, ven a oír “Lose you tonight” o “Love you like I do”, ven y cántame al oído “Playground love”. Susúrrame y recítame las letras de Deep Shadows and Brilliant Highlights. Enciende tu cigarro en la vela de la ventana, siéntate en mi cama, en la total oscuridad de mi recámara y simplemente acompáñame. Aunque sé que no existes, aunque nadie lo pueda creer, vuela por mi ventana… Escucha ahora empieza “Hope Leaves”… No, no, aguarda, esa canción me recuerda a alguien más… Alguien que me observa sin que podamos hablar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario