Anoche tuve uno de los sueños más raros que he tenido en mi vida. Soñé que vivía en una gran casa con patio en medio y que tenía que boxear contra los que parecían ser mis enemigos.No lo dudé ni un momento, tomé mis guantes y comencé a repartir golpes certeros en cara, tronco, hígado, brazos y cualquier parte del adversario que se me atravesara. Pronto, sangraban, lloraban, caían y yo me sentía cada vez más fuerte, cada vez más segura, más dura, y más tranquila en el fondo.Estaba totalmente empapada y los guantes tenían aún sangre de mis enemigos quienes no pudieron atinar más que en un par de rozones. Al final, me sentía triunfal, totalmente en forma y más que nada con la certeza de haber acabado con todo aquello que me hizo o hacía daño. Al despertar, la cama estaba absolutamente revuelta y evidenciaba mi batalla inconsciente.Una cosa es cierta además de mi gusto por el box -disciplina que pienso ejercitar con constancia pronto-, y es quizá que con el tiempo me he vuelto más fuerte y no me siento tan vulnerable como antes, sé lo que cuesta y lo que falta para poder vencer adversarios, ganar sin pelear, o pelear hasta conseguir lo que quiero... e incluso lo que quiero me merezco.Ahora viene a la mente aquella frase de "Bring it on babye, bring it on, I'm ready! WELL I'M NOT READY... JUST IN TRAINNING!!!
Y como dicen las Pussycat Dolls "Be careful with what you wish because YOU MIGHT GET IT!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario