Suerte...

Cuando pensé que no había nada más por hacer se presentaron a mi paso oportunidades nuevas, decisiones rápidas, la total incertidumbre… por fin, esa extraña pero satisfactoria incertidumbre. Ahora no sé a dónde voy, ni qué haré… pero sé que me muevo, camino…
No tengo miedo, ya no, sé que me resbalo, que me equivoco terriblemente a veces… pero colecciono, colecciono las lecciones que mis caídas me dejan, colecciono la emoción de los besos y misterios, colecciono la euforia y la incertidumbre de hoy.

Pienso, pero no hay mucho tiempo para pensar cuando las emociones y las sensaciones me invaden. Suerte. Eso es.
Sola. Vaya bien o vaya mal. Simplemente es suerte. Suerte. Aún cuando no puedo compartir el concepto general, aún cuando no entiendo sus percepciones, aún cuando no creo que esa sea la verdad, aún cuando me quedan preguntas por responder, aún cuando realmente yo no veo lo que los demás ven, quizá no lo veo, pero a veces puedo sentirlo…

Esa incertidumbre que me llena de emociones extrañas y me da cierta luz...